lunes, 30 de junio de 2025

El templo maldito

17/06/1938. En algún lugar del Punjab

 Los gritos, agudos y desesperados, rasgaron la pesada niebla. Eran los gritos de una mujer, y el sonido les hizo helar la sangre.

"¡Por aquí!", exclamó Vikram, empuñando su cuchillo. Sin dudarlo, los tres corrieron hacia el origen del lamento, la neblina envolviéndolos. 

Llegaron a la entrada de lo que parecía ser un templo antiguo, sus contornos borrosos por la densidad del vapor. El hedor a moho invadió sus fosas nasales. Sin pensarlo dos veces, se adentraron en la oscuridad húmeda. La niebla, en el interior, era incluso más densa, como si el propio edificio la generara.

"¡Ahí!", gritó Atkins, su voz resonando en el silencio opresivo. En medio de la penumbra, una figura femenina se vislumbraba débilmente. Apenas habían dado unos pasos cuando un crujido espantoso resonó por encima de ellos. Una columna masiva, corroída por el tiempo y la humedad, se desprendió del techo. Con un instinto primario, Atkins tiró de Sardar, esquivando por poco el impacto mortal. La columna se estrelló contra el suelo, levantando una nube de polvo y escombros.

Continuaron avanzando cautelosamente hasta la siguiente sala. La visión que los recibió fue grotesca: un ser delgado y deforme, un bad-nasib, se abalanzó sobre ellos con un aullido gutural, blandiendo una gran guadaña. 

Antes de que Atkins pudiera siquiera levantar su revólver, Sardar, con una agilidad sorprendente, se lanzó hacia adelante, su propio cuchillo brillando en la penumbra. Con un movimiento rápido y certero, Sardar le clavó la hoja, y la criatura se desplomó con un último estertor, disolviéndose en la bruma.

Sin detenerse, avanzaron a la siguiente cámara. Aquí, la visión era aún más inquietante. La mujer estaba sobre una piedra ceremonial, dos bad-nasib más la rodeaban, sus formas retorcidas y amenazantes. El suelo de la sala estaba inundado con un líquido oscuro, y una capa densa de cenizas blancas flotaba sobre la superficie, dándole un aspecto espectral.

"¡Fuego!", gritó Atkins, levantando su revólver. Él y Sardar abrieron fuego casi al unísono. Los disparos resonaron en la sala, y los dos bad-nasib, alcanzados, se desmoronaron.

La mujer, liberada de su terror, se desvaneció. Con un chapoteo, cayó. Atkins y Vikram corrieron para ayudarla, pero antes de que pudieran alcanzarla, la superficie del agua burbujeó violentamente. Un par de ojos amarillos y reptilianos emergieron, seguidos por un morro enorme y dentado. Un cocodrilo gigantesco se lanzó contra ellos, con la furia de una bestia antigua.

El cocodrilo atacó sin piedad. Sus fauces se cerraron alrededor de Sardar, que gritó de dolor. Con una fuerza desesperada, Sardar logró clavarle su cuchillo en el flanco, pero era inútil. Las mandíbulas de la criatura se apretaron, y un último grito ahogado escapó de los labios de Sardar antes de que su cuerpo inerte se sumergiera en las aguas turbias.

La furia se apoderó de Atkins y Vikram. Ignorando el peligro, se abalanzaron sobre el cocodrilo. Atkins disparó su revólver repetidamente contra la cabeza de la bestia, mientras Vikram, con su cuchillo en la mano, apuñalaba una y otra vez el cuerpo de la bestia. Finalmente, con un estertor masivo, el cocodrilo se retorció y se quedó quieto, su cuerpo flotando sin vida.

En ese instante, la niebla comenzó a disiparse, revelando la luz tenue del amanecer que se filtraba por las aberturas del templo. El aire se aclaró, y el peso opresivo se levantó. Vikram y Atkins sacaron el cuerpo sin vida de Sardar del agua. Su rostro estaba en paz, pero su ausencia era un puñal en el corazón de Vikram.

"Esa criatura, Capitán," comenzó Vikram, su voz grave mientras la niebla se arremolinaba a su alrededor, "era una Churail.  Son espíritus de mujeres que murieron de forma cruel. Se disfrazan de mujeres hermosas para atraer a los hombres, pero sus pies siempre apuntan hacia atrás, revelando su verdadera naturaleza, usted les llamaría una bruja"

Arrastrando el cuerpo de su amigo, salieron del templo. Afuera, la llanura del Punjab se extendía bajo el sol naciente, como si la noche de horrores nunca hubiera ocurrido. El aire fresco y limpio contrastaba brutalmente con el terror que acababan de vivir.

Encontraron las pocas pertenencias de Sardar. Vikram, con solemnidad, realizó una pequeña ceremonia junto a los altares de piedra, murmurando palabras antiguas que el viento se llevó. Fue un adiós silencioso, un reconocimiento de su espíritu a la tierra que amaba.

Con el corazón apesadumbrado y el cansancio en cada hueso, Atkins y Vikram comenzaron su largo camino de regreso al campamento, dejando atrás el templo, la niebla y los horrores que habían cobrado la vida de Sardar. La llanura, aunque bañada por el sol, ahora parecía guardar secretos aún más profundos y oscuros.

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LRSG- +3 puntos de reputación (Muere Sardar)

Bad-nasib - 0 (3 bajas y "la bruja")

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LRSG: 22 RP

Thomas "Tommy" Atkins. Cynical Gumshoe. 11 RP- 10 RP + 1RP Kirpan(espada).

Sardar Singh. Chief Bearer.  (Baja)

Vikram- Spiritual Custodian- 7 RP- 5 RP + 1RP Cuchillo "La pinza del cangrejo"+ 1 Rifle

Li Wei. Soldier of Fortune. 4 RP

Anria. VIP. 0 RP

2 XP

9(-5) Puntos de Reputación 

sábado, 28 de junio de 2025

Un Asunto Inusual en Otterhampton

16 de junio de 1938

En la pequeña localidad de Otterhampton,  la vida transcurría a un ritmo pausado, y ajena a los combates que ya se libraban en otras partes del pais. El corazón de aquella tranquilidad era la tienda de comestibles de Bob Marley.

El aroma a tabaco de pipa, impregnaba la tienda. Aquella tarde, sin embargo, el aire estaba viciado con el recuerdo metálico de la pólvora del suceso que había ocurrido unas horas antes. 

El comandante Oswald Haka, un oficial del B.U.F cuyo uniforme pulcro parecía fuera de lugar entre los sacos de patatas. Su tono era cortés, casi de disculpa. "Le agradezco su tiempo, señor Kennedy. Entiendo que ha sido una experiencia de lo más desagradable."

Robert Kennedy, un mecanico miembro de B.U.F "Desagradable es quedarse corto, comandante. Me dirigía a comprar un poco de queso cheddar al señor Marley cuando la vi."

Bob Marley, que pulía un vaso con un paño con metódica lentitud, asintió gravemente. "Acababa de venderle un trozo de queso, un pan, patatas y unas manzanas. Esta señora... muy alta, con el pelo largo,  empezó a correr y a saltar, no parecía de este mundo...."

Scooby, un imponente mastín de pelaje oscuro, levantó su pesada cabeza y soltó un leve gemido. Durante el tiroteo, el noble animal no había ladrado; se había limitado a acurrucarse junto a su dueño.

"Era ella, la vi hace unos días, en el camión robado" continuó Kennedy. "La maldita espía comunista. Hice lo que consideré mi deber. Había visto a la patrulla, y les avise lo más rápido que pude"

Haka suspiró. "Una acción correcta y patriótica. Pero las consecuencias... Dos de mis hombres, jóvenes de Somerset, han caído. Y ella se ha esfumado."

El recuerdo era una mancha violenta en la apacible crónica del pueblo. Los soldados llegando, la mujer pelirroja moviéndose,  el estruendo de los disparos que hizo vibrar los estantes 

"Se movía como un zorro en un gallinero, comandante," dijo Robert en voz baja. "Vi cómo uno de sus soldados caía. El otro intentó responder, pero ella ya estaba saltando entre los animales como si nada y volvió a disparar."

El comandante se giró hacia el tendero. "Y usted, señor Marley, ¿observó algo más en medio de la confusión?"

El bigote de Bob se contrajo. "Cuando todo acabó y el pobre Scooby dejó de temblar, lo primero que hice fue mirar mis cajas de licor. Un whisky de las Highlands, de una sola malta, envejecido durante 25 años, que me acababa de llegar del norte. Era la única botella de ese caro licor en toda la tienda." Su voz se quebró ligeramente. "Ha desaparecido."

Haka se quedó mirando la zona por donde había huido, aún podía ver los casquillos de bala en el suelo. El silencio se instaló,  lleno de preguntas sin respuesta. Una agente socialista, dos soldados muertos en un pueblo donde la noticia más emocionante solía ser la feria anual del ganado. Y un ladrona que, en su huida desesperada, se había tomado un instante para robar el bien más preciado de un viejo tendero.

"Curioso," murmuró el comandante, más para sí mismo que para los demás. Se enderezó, abotonándose la chaqueta. "Muy curioso, ciertamente. Parece que nuestra fugitiva tiene un gusto impecable y una sangre fría extraordinaria." Miró a Kennedy y luego a Marley. "Gracias por su colaboración. Señor Marley, lamento la pérdida de su botella. Parece que esta 'Diablesa Roja' no solo comercia con secretos, sino también con los pequeños tesoros del corazón de Inglaterra. Pero no se preocupe, cada vez estamos más cerca de atrapar a esos terroristas. " 


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Bajas: 

B.U.F. : Dos hombres

Puntos:

B.U.F: 4 PV, 1XP, 1 Punto de reputación 

RMSH: 3 PV, 1 Punto de reputación 

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Tripulación:

J. Carter, el doctor Dalton, los mecánicos Drake y Folder, Niguel Torne y "Red Sonja"

Investigación 5

Puntos de Reputacion 14 (10)

8 XP 

Botín: 

Un diario con encuadernación de cuero. 

Un broche de oro.

Un mapa de la carreteras zona.

Una cóctel Molotov.

Una caja con explosivos. 

Comida para un día o dos. 

Una botella vacía de whisky 

El viejo Bob Marley y su fiel mastín

En las la pequeña localidad de Otterhampton, en el condado de Somerset, donde el río Parrett serpentea perezosamente hacia el mar, se encontraba la tienda de comestibles de Bob Marley. 




Un hombre de Somerset de pura cepa, entrado en años en aquel 1938, cuyo rostro estaba adornado por un imponente bigote negro.

La pequeña tienda de Bob era un reflejo del propio hombre: ordenada, tradicional y con un aire de tranquila dignidad. El aroma a tabaco de pipa, cuero y una mezcla de especias y productos secos impregnaba el ambiente. En sus estantes de madera oscura se apilaban latas de conserva, frascos de mermelada casera, sacos de harina y azúcar, y ristras de cebollas que colgaban del techo como rústicas guirnaldas. El negocio de Bob era de los de antes, donde cada cliente era atendido personalmente, su pedido anotado a lápiz en una libreta y los víveres envueltos en papel de estraza.

Pero la verdadera alma de la tienda, además de Bob, era Scooby, un imponente mastín de pelaje oscuro y semblante noble. A pesar de su tamaño, que intimidaba a los forasteros, Scooby era la criatura más dócil que se pudiera imaginar. Pasaba la mayor parte del día tumbado sobre una vieja alfombra de trapo detrás del mostrador, con sus grandes ojos caídos siguiendo el ir y venir de los vecinos. 

La vida en Otterhampton transcurría a un ritmo pausado. Ajenos a los combates que producían en otras partes del país.

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Bob Marley- Working stiff RP-1

Scooby- Attack Dog- RP 1







sábado, 7 de junio de 2025

Alguien nos sigue

 16/06/1938 En algún lugar del Punjab

¡Vikram!", exclamó Sardar, la sorpresa y el alivio mezclados en su voz, al reconocer a la figura que surgía de entre la niebla. Dio un paso adelante, como si no creyera lo que sus ojos veían. "Maldito bastardo, pensé que... pensé que habías perecido en los disturbios de Amritsar."

Vikram asintió, su rostro impasible. "La muerte es solo un velo, Sardar.  He estado aquí, protegiendo estos lugares, este maldito valle." Sus ojos dorados se posaron en el capitán Atkins. "Vuestra llegada  ha acelerado las cosas."

Atkins, aún con el brazo dolorido y la sangre seca en su manga, observó el reencuentro con una mezcla de asombro y escepticismo. "¿Se conocen?", preguntó, señalando entre Sardar y Vikram.

"Hemos compartido más de una vida en estas llanuras, Capitán, hemos servido juntos en el ejército. Vikram,  es un fiel leal servidor del Raj" respondió Sardar, una sonrisa rara y genuina asomando en sus labios. "Vikram es un hermano para mí, aunque lo creía perdido."

Vikram se acercó a Atkins, sus ojos fijos en el cuchillo que el capitán sostenía. "Ese cuchillo que encontraste, Atkins," dijo Vikram, extendiendo una mano. "Es mío."

Atkins, con un atisbo de duda, le entregó el cuchillo. La hoja, antes fría en su mano, ahora parecía inerte, un simple trozo de metal.

La  espesa niebla comenzó a levantarse otra vez del suelo, no era niebla normal que se disipa con el viento, sino una que parecía tener peso, que se retorcía y murmuraba. 

El aire se volvió pesado, cargado de una sensación opresiva que erizaba los vellos de la nuca. El voz de una mujer pidiendo auxilio, un lamento gutural que resonaba en lo profundo de la niebla. Las sombras de los altares de piedra danzaban grotescamente en la creciente oscuridad.

"Las figuras que os atacaron... son guardianes, pero también prisioneros de este lugar," explicó Vikram, ahora con el cuchillo en la mano, un gesto que parecía devolverle una parte de sí mismo. "Han sido despertadas por una perturbación, una antigua entidad que busca poseer este lugar"

Vikram miró a Sardar, sus ojos dorados brillando en la penumbra creciente. La niebla se espesaba a su alrededor, envolviéndolos en un abrazo frío y húmedo. Las figuras, aunque invisibles, se sentían más cercanas que nunca, sus susurros casi perceptibles en el aliento helado del viento. "Hemos evitado esto durante eones, Sardar. Pero ahora, con el despertar de este poder y la presencia de vuestra intrusión... algo inevitable se ha puesto en marcha. La neblina lo envuelve todo, y en su corazón, se está gestando el momento de la verdad." 

Atkins miraba asombrado la escena cuando un nuevo grito corto la niebla.

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Vikram- Spiritual Custodian

6 RP- 5 RP + 1RP Cuchillo "La pinza del cangrejo"




sábado, 19 de abril de 2025

Ataque Aéreo Devasta el Fuerte West Blockhouse: Oficial al Mando Muere Heroicamente

 

Artículo aparecido en The Western Telegraph Haverfordwest, Pembrokeshire, 17 de Junio de 1938. – 

La fortaleza costera de West Blockhouse, recientemente reabierta bajo la dirección de la Unión Británica de Fascistas (BUF), fue ayer blanco de un devastador ataque aéreo. Cuatro aeronaves traidoras de origen comunista bombardearon la posición, dejando tras de sí graves daños y la trágica pérdida de su oficial al mando.

El ataque se produjo a primera hora de la mañana, sorprendiendo a los defensores. A pesar de la intensidad del bombardeo, las unidades antiaéreas del fuerte respondieron con valentía, entablando un feroz combate contra los atacantes. Sin embargo, la superioridad numérica de los aviones enemigos y la precisión de sus bombas pronto se hicieron sentir.

Una de las bombas impactó directamente en la sala de mando, ocasionando la muerte instantánea del valeroso Comandante Thomas Barrington. Este veterano de la Gran Guerra, un firme defensor del gobierno actual, había sido designado recientemente para supervisar las operaciones en este crucial enclave defensivo. Su liderazgo y dedicación han quedado truncados por este trágico suceso, dejando un profundo vacío entre sus hombres.

El cañón Oerlikon de 20mm, una pieza clave del armamento del fuerte, también fue alcanzado y quedó completamente destruido. A pesar de la tenaz resistencia de los artilleros, la potencia de las bombas enemigas resultó ser demasiado para la moderna arma.

Sorprendentemente, y a pesar del intenso fuego antiaéreo desde tierra, los cuatro aviones atacantes lograron retirarse sin sufrir daños aparentes. 

La noticia del ataque y la muerte del Comandante Barrington ha conmocionado a la comunidad local y ha generado una ola de indignación. Si bien el fuerte ha sufrido daños considerables, el espíritu de los defensores permanece intacto. Se espera que en las próximas horas lleguen refuerzos y se evalúen los daños para iniciar las labores de reparación. 

La valentía del Comandante Barrington y sus hombres en el cumplimiento de su deber será recordada como un ejemplo de sacrificio ante la adversidad. La investigación sobre la procedencia de los aviones atacantes ya está en curso, y se espera que arroje luz sobre este grave suceso que ha enlutado la costa galesa.

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RSMH 42 PV

Realistas 0PV







miércoles, 26 de marzo de 2025

Visita al Puerto

15/06/1938.Combwich.

El doctor Dalton, notando en su rostro el viento salado, escudriñaba el puerto de Combwich. Había seguido una pista tenue, una fotografía antigua que prometía revelar el paradero de un submarino oculto. 

Los lugareños, taciturnos y desconfiados, no le habían ofrecido ayuda.

Mientras caminaba por el muelle, una niña de ojos vivaces y cabello alborotado lo observaba con curiosidad, era una vieja conocida, Elizabeth Hardy.

Dalton, desesperado, tras una breve conversación le mostró la fotografía. La niña la miró fijamente, con una intensidad que lo sorprendió.

"Conozco ese lugar", dijo con voz clara y aguda. "Está en la ensenada de Stert, junto a la isla, en la desembocadura,  al otro lado del río. Pero si vais,  tienes que tener cuidado, supongo que alguna  patrulla del BUF vigila esa zona".

Dalton  sintió un escalofrío. ¿Tiene un puesto de vigilancia allí el BUF? Antes de que pudiera preguntar, la niña lo tomó del brazo y lo llevo hacia un lugar escondido de las miradas extrañas.

"Tenemos que irnos", susurró, con los ojos muy abiertos. "Vienen". Dijo señalando con la cabeza a dos soldados que patrullaban el puerto. 

Dalton escuchó a los soldados hablar con uno de los hombres que trabajaban en el puerto. 

La niña le guió a través de callejones, conocia cada rincón del pueblo como la palma de su mano. Finalmente, se detuvieron en una pequeña casa de pescadores, escondida entre las sombras.

"Sé de ese lugar por las historias que cuentan los marineros", dijo la niña, recuperando el aliento. "Dicen que la ensenada hay un puesto de vigilancia, igual allí abastecen barcos o ese submarino vuestro".

Dalton , intrigado y preocupado, le preguntó cómo podía estar tan segura.

"He pasado mucho tiempo en el puerto, y he escuchado muchas cosas", respondió la niña. 

"Ahí es donde está el submarino", dijo la niña. "Pero ten cuidado. Seguro que está bien vigilado".

Con el corazón latiendo con fuerza, Dalton  agradeció a la niña y se preparó para volver a su escondite. Sabía que se estaba adentrando en una zona peligrosa, pero la promesa de lo desconocido lo impulsaba a seguir adelante. La ensenada de Stert les esperaba.

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Tripulación:

J. Carter, el doctor Dalton, los mecánicos Drake y Folder, Niguel Torne y "Red Sonja"

Investigación 5

Puntos de Reputacion 13 (9)

8 XP 


Botín

Un diario con encuadernación de cuero. 

Un broche de oro.

Unas cuantas libras. 

Un mapa de la carreteras zona.

Una cóctel Molotov.

Una caja con explosivos. 

Y comida para un día o dos. 

lunes, 24 de marzo de 2025

The Fog

15/06/1938. En las llanuras del Punjab. 

La noche había caído pesadamente sobre las llanuras del Punjab. Un viento helado aullaba entre los altares de piedra dispersos, restos de una civilización olvidada. El oficial inglés, el capitán Atkins, se estremeció, ajustando su abrigo. A su lado, el guía punjabí, Sardar, mantenía la mirada fija en la oscuridad, su rostro curtido iluminado por la tenue luz de la luna.

"¿Qué son estos lugares, Sardar?", preguntó Atkins su voz resonando en el silencio.

"Lugares de poder, capitán", respondió, su voz un murmullo. "Lugares donde los antiguos espíritus aún moran".

Atkins frunció el ceño, escéptico. "Espíritus... tonterías".

Sardar sonrió, una sonrisa que no llegaba a sus ojos. "Algunos dicen que los espíritus no creen en los escépticos, capitán".

Un escalofrío recorrió la espalda de Atkins. El viento soplaba con más fuerza, y los altares parecían proyectar sombras alargadas y grotescas. De repente, un sonido, un gemido bajo y lastimero, rompió el silencio.

Atkins sacó su revólver, apuntando a la oscuridad. "¡Qué fue eso!".

Sardar levantó una mano, pidiéndole silencio. "Es el viento, capitán. Solo el viento".

Pero Atkins no estaba convencido. El gemido se repitió, esta vez más cerca. Siguió un crujido, como si algo pesado se arrastrara por el suelo.

"¡Muéstrate!", gritó Atkins, su voz temblando ligeramente.

Delante de ellos, entre dos altares, una figura emergió de la oscuridad. Era una forma humanoide, pero deforme, con extremidades largas y delgadas y una cabeza grotescamente grande. Sus ojos brillaban con una luz verde y siniestra.

Atkins apretó el gatillo, pero la figura se desvaneció, como si fuera una ilusión. El gemido se convirtió en un aullido, un sonido que helaba la sangre.

"¡Corre, capitán!", gritó Sardar, agarrando el brazo de Edward. "¡Corre por tu vida!". Rodeados por la niebla, solo eran capaces de ver los pequeños altares y las figuras que les atacaban. 

Corrieron, tropezando con las piedras y los altares, el aullido persiguiéndolos como un depredador hambriento. Las figuras aparecían y desaparecían, siempre un paso por detrás, sus ojos verdes brillando en la oscuridad. 

Finalmente, llegaron a un claro, donde un antiguo altar se alzaba sobre una colina. Sardar se detuvo, jadeando.

"Aquí", dijo, su voz entrecortada. "Aquí podemos hacerle frente. Capitan está herido"

Atkins asintió, su corazón latiendo con fuerza, y en uno de sus brazos se podía ver una mancha de sangre. Se giraron, preparados para luchar, pero las figuras había desaparecido, la niebla se estába disipando. Solo quedaba el viento, aullando entre los altares, y la sensación de que algo, algo antiguo y maligno, los observaba desde la oscuridad.

Atkins, enseño a Sardar un cuchillo que había encontrado. Sardar lo examinó. 

- Es fuerte como la pinza del cangrejo, es un cuchillo ceremonial y parece valioso. 

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LRSG- +3 puntos de reputación 

Bad-nasib - 0 (5 bajas)

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LRSG: 19 RP

Thomas "Tommy" Atkins. Cynical Gumshoe. La pinza del cangrejo(cuchillo) 11 RP 

Sardar Singh. Chief Bearer. Kirpan(espada). 4 RP 

Li Wei. Soldier of Fortune. 4 RP

Anria. VIP. 0 RP

2 XP

6 Puntos de Reputación