15/06/1938. En las llantas del Punjab.
La noche había caído pesadamente sobre las llanuras del Punjab. Un viento helado aullaba entre los altares de piedra dispersos, restos de una civilización olvidada. El oficial inglés, el capitán Atkins, se estremeció, ajustando su abrigo. A su lado, el guía punjabí, Sardar, mantenía la mirada fija en la oscuridad, su rostro curtido iluminado por la tenue luz de la luna.
"¿Qué son estos lugares, Sardar?", preguntó Atkins su voz resonando en el silencio.
"Lugares de poder, capitán", respondió, su voz un murmullo. "Lugares donde los antiguos espíritus aún moran".
Atkins frunció el ceño, escéptico. "Espíritus... tonterías".
Sardar sonrió, una sonrisa que no llegaba a sus ojos. "Algunos dicen que los espíritus no creen en los escépticos, capitán".
Un escalofrío recorrió la espalda de Atkins. El viento soplaba con más fuerza, y los altares parecían proyectar sombras alargadas y grotescas. De repente, un sonido, un gemido bajo y lastimero, rompió el silencio.
Atkins sacó su revólver, apuntando a la oscuridad. "¡Qué fue eso!".
Sardar levantó una mano, pidiéndole silencio. "Es el viento, capitán. Solo el viento".
Pero Atkins no estaba convencido. El gemido se repitió, esta vez más cerca. Siguió un crujido, como si algo pesado se arrastrara por el suelo.
"¡Muéstrate!", gritó Atkins, su voz temblando ligeramente.
Delante de ellos, entre dos altares, una figura emergió de la oscuridad. Era una forma humanoide, pero deforme, con extremidades largas y delgadas y una cabeza grotescamente grande. Sus ojos brillaban con una luz verde y siniestra.
Atkins apretó el gatillo, pero la figura se desvaneció, como si fuera una ilusión. El gemido se convirtió en un aullido, un sonido que helaba la sangre.
"¡Corre, capitán!", gritó Sardar, agarrando el brazo de Edward. "¡Corre por tu vida!". Rodeados por la niebla, solo eran capaces de ver los pequeños altares y las figuras que les atacaban.
Corrieron, tropezando con las piedras y los altares, el aullido persiguiéndolos como un depredador hambriento. Las figuras aparecían y desaparecían, siempre un paso por detrás, sus ojos verdes brillando en la oscuridad.
Finalmente, llegaron a un claro, donde un antiguo altar se alzaba sobre una colina. Sardar se detuvo, jadeando.
"Aquí", dijo, su voz entrecortada. "Aquí podemos hacerle frente. Capitan está herido"
Atkins asintió, su corazón latiendo con fuerza, y en uno de sus brazos se podía ver una mancha de sangre. Se giraron, preparados para luchar, pero las figuras había desaparecido, la niebla se estába disipando. Solo quedaba el viento, aullando entre los altares, y la sensación de que algo, algo antiguo y maligno, los observaba desde la oscuridad.
Atkins, enseño a Sardar un cuchillo que había encontrado. Sardar lo examinó.
- Es fuerte como la pinza del cangrejo, es un cuchillo ceremonial y parece valioso.
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LRSG- +3 puntos de reputación
Bad-nasib - 0 (5 bajas)
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LRSG: 29 RP
Thomas "Tommy" Atkins. Cynical Gumshoe. La pinza del cangrejo(cuchillo) 11 RP
Sardar Singh. Chief Bearer. Kirpan(espada). 4 RP
Li Wei. Soldier of Fortune. 4 RP
Anria. VIP. 0 RP
2 XP
6 Puntos de Reputación
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